¿Cómo puedes tener cuatro abejas vivas dentro de tu ojo y pensar que se trata de una simple infección? Es lo que te preguntarás tras leer esta noticia y es lo que le ha pasado a un joven taiwanesa de 29 años que fue al hospital quejándose de un ojo inflamado y esperaba ser tratada de un simple infección.
Sin embargo, para sorpresa de los propios médicos que la trataron lo que se escondía en la cuenca de uno de sus ojos eran cuatro abejas vivas que se estaban alimentado de sus lágrimas.
«Estábamos visitando y limpiando la tumba de un pariente. Yo estaba en cuclillas, arrancando malas hierbas. Sentí el viento soplar y algo se metió en mi ojo, pero pensé que era arena. Me limpié el ojo con agua, pero me empezó a doler mucho, un dolor agudo, con mucho lagrimeo», es el relato de He a The Guardian.
The story keeps giving..
Look at the TV pics from Taiwan.. these are not small bees. https://t.co/BvFzsjMjFy pic.twitter.com/maaKUCC9uq
— Rafael Epstein (@Raf_Epstein) 10 de abril de 2019
Al parecer, estos insectos, que se conocen como abejas del sudor, miden entre 4 y 10 milímetros de largo y se sienten muy atraídas por el sudor humano. «Vi algo que parecía patas de insecto, así que las saqué con un microscopio lentamente, una por una, sin dañar sus cuerpos», explica el Dr. Hung Chi-ting, que atendió a la joven, en una rueda de prensa, ya que se trata, según sus palabras, «del primer caso del mundo».
De esta forma, según explica The Guardian, la vista de la joven y la vida de las abejas se salvaron se salvaron por el hecho que no se había frotado los ojos.
Estos insectos, conocidos como Halictidae o abejas sudoríparas, se sienten atraídos por el sudor humano y se encuentran en todo el mundo. No suelen ser agresivos y pican solo si les tocas. Además, el doctor dijo en la rueda de prensa que estas abejas comúnmente anidan en las montañas y cerca de las tumbas.